Un poco de historia de nuestro colegio
La historia de nuestro centro se remonta al año 1969. Situado, por entonces, en la
zona de expansión de la localidad se concibió como Colegio Comarcal “Serafín y
Joaquín Álvarez Quintero” ya que recibía al alumnado de los núcleos dispersos de las
carreteras de Sevilla, Alcalá, Arahal, El Palmar, Cerro de las Palmas y antigua carretera
de Carmona, en consonancia con la larga tradición agrícola y ganadera de Utrera. Para
su atención, el centro disponía de transporte escolar y de comedor con cocina de
gestión propia, ayudando así a las necesidades básicas de las familias de este alumnado.
Desde sus orígenes, el centro ha recibido un gran número de alumnos/as, llegando a
ser uno de los colegios públicos más grandes de toda Andalucía.
En un principio costaba de dos edificios idénticos donde se ubicaban los alumnos de
EGB y otro de construcción anterior que se destinó para preescolar. Al existir en las
proximidades un colegio de primaria que principalmente acogía a alumnos varones, la
mayoría de las niñas se matricularon en el Centro. Muchos de los alumnos y profesores
de estos primeros momentos procedían del colegio de la Trinidad, que se había cerrado
en estas fechas, llegando a contar a finales de los 70 con un número aproximado a los
1500 alumnos.
Durante la década de los 70 se pone en marcha el comedor escolar para atender a los
alumnos del transporte ya que la jornada escolar era partida.
En el curso 78/79 se comienza la escolarización del alumnado de Parvulario además
del de EGB.
En la década siguiente se produce el mayor auge del centro en lo deportivo donde
se obtienen grandes éxitos: tres campeonatos de España, varios subcampeonatos y
terceros puestos en Voleibol femenino.
El Centro siempre fue por delante en aspectos administrativos que con posterioridad
se han visto concretados por las leyes. Cuando no existían cargos en Primaria, el centro
contaba con Secretario, Jefe de estudios, Subdirector; contaba con un reglamento de
régimen interno...
El colegio cuenta desde los años 80 con un pabellón cubierto en el que incluso se
celebró una fase de sector del campeonato de España de Voleibol. Este deporte siempre
ha formado parte importante de la vida del Centro, aportando alumnas a la selección
española en varias ocasiones e integrando el equipo “Preuniversitaria Álvarez
Quintero” que llegó a ganar la copa de la Reina y jugó el campeonato de Europa.
Tomando las tradiciones más arraigadas de nuestra tierra se crea un taller de bordado
en oro y se llega a sacar, durante varios años un paso de mayo con una réplica del de
la patrona Ntra. Señora de Consolación con preciosos faldones bordados y varales
repujados en estaño, muy celebrados por propios y extraños.
En el año 1984 se vive un momento impactante en nuestro centro: el Ayuntamiento
avisa al equipo directivo de que artificieros de la Guardia Civil se dirigen al INEM,
situada frente al colegio, para inspeccionar un paquete sospechoso situado en la puerta.
Se decide de inmediato evacuar el centro, de manera improvisada ya que no existe
por entonces plan de evacuación. Durante esta salida, para los niños una “excursión
repentina al Parque de Consolación”, se oye una fuerte explosión. Más tarde, se
observan en los edificios cristales rotos y orificios de metralla en la pared del pabellón.
La autoría de este hecho correspondió al GRAPO. La profesionalidad y sangre fría del
equipo docente que llevó a cabo la evacuación de los 1500 alumnos del centro en
cuestión de minutos y sin incidentes, evitó una tragedia este día.
En el curso 85/86 se crea en el centro, y por primera vez en toda la localidad, un
Aula Específica. El curso 89/90 fue el último que recibió alumnado de párvulos porque
se inaugura un centro específico de Infantil independiente (aunque ubicado junto a éste)
en el curso 90/91: E.I. María Montessori (desde entonces hasta y hoy adscrito al nuestro).
En este mismo curso, se crea una Unidad de Apoyo a la Integración además del Aula
específica existente para atender las necesidades del alumnado del centro.
En 1994 se celebraron los actos conmemorativos de los 25 años de su fundación.
Una magna exposición de recuerdos, una serie de actividades deportivas entre las que
destacamos el partido de voleibol entre antiguas campeonas de España, una exposición
de insectos que fue la admiración de todos los miles de visitantes (incluidos todos los
escolares de Utrera), una convivencia entre antiguos alumnos y profesores donde se
preparó una paella para más de 400 personas y terminando con un acto de clausura al que
asistió el Delegado provincial de Educación quien quedó gratamente sorprendido.
Posteriormente en el curso 95/96 se crea una Unidad de Audición y Lenguaje.
Debido a la entrada de la LOGSE, en el curso 98/99 desaparece definitivamente el
alumnado de secundaria del centro ya que inauguran el nuevo IES “JOSÉ Ma
INFANTES” y el alumnado es trasladado al finalizar la etapa de primaria.
En el curso 03/04, debido al considerable número de alumnos y alumnas con
necesidades educativas especiales, se concede una segunda Unidad de Apoyo a la
Integración. También por necesidades en la escolarización, se crean dos Unidades Mixtas
de Infantil para atender a la demanda de la población. Tras dos cursos así, definitivamente
se crea una línea de Infantil en el centro desde el curso 05/06.
Desde el inicio del nuevo siglo se inicia la gran remodelación del Centro con el
derribo de los edificios anteriores y la construcción del actual, cambiando totalmente la
fisonomía del colegio; para la que tuvimos que ubicar temporalmente algunas de las
unidades en él IES Ruiz Gijón, próximo al Centro.
En el año 2007 estrenamos el nuevo centro, construido donde fueron demolidos los
dos edificios (Modelo Toledo) que lo formaban. Desde esta fecha hasta la actualidad, y
ubicado en el mismo solar que en sus orígenes, es un complejo de 4 edificaciones
independientes.
· Edificio Principal: Es un edificio de 3 plantas donde se ubica todo el alumnado
de Primaria, además de las dependencias como secretaría, dirección, jefatura de estudios,
sala de profesores, conserjería, aulas de integración, A.L. y refuerzo pedagógico,
dependencias para reuniones de ciclo, aula de informática, aula de música, almacenes,
caldera, aseos...
· Edificio de Infantil y Aula Específica: Es un edificio de planta baja
perpendicular al edificio principal para las 3 aulas de Infantil y una de Educación Especial
Específica.
· Edificio SUM, Comedor y Cocina. También de planta baja y perpendicular al
edificio principal. Lo constituye el Salón de usos múltiples, el comedor y la cocina.
· Pabellón de deportes, paralelo al edificio principal e independiente de los
anteriores, es el único que se conserva de la antigua edificación.
El CEIP “Serafín y Joaquín Álvarez Quintero”, conocido popularmente como el
Colegio Álvarez Quintero, se encuentra situado al norte de la localidad sevillana de
Utrera, (población que en la actualidad cuenta con unos 50.000 habitantes), en la Avenida
de los Naranjos no 2. Se localiza a poca distancia del centro geográfico de la localidad y
cercano a los centros administrativos y comerciales más destacados (INEM,
Ayuntamiento, Delegación de Deportes, Juventud y Área de la Mujer, Centro de Salud
Norte, centros comerciales...) así como próximo a los Institutos de Secundaria de la
localidad. Desde el punto de vista de su ubicación, es un lugar privilegiado.
En la actualidad están en funcionamiento 4 líneas de primaria (24 unidades totales),
1 línea de Infantil (3 unidades), 2 Unidades de Apoyo a la Integración, 1 Unidad de
Audición y Lenguaje y 1 Aula Específica, que atienden a un total de 696 niños/as. Los
alumnos/as de primaria proceden mayoritariamente de la Escuela Infantil María
Montessori (3 unidades de las 4 disponibles en primaria), anexa al centro y al que está
adscrito. Una vez finalizada su etapa primaria, la casi totalidad de los escolares prosiguen
su educación obligatoria en el IES Virgen de Consolación.
Si bien desde sus orígenes ha sido siempre un centro con transporte escolar, desde el
curso 16/17 ya no existe el transporte en este centro debido al escaso alumnado que lo
necesita. Éste ha sido desplazado a otro centro de la localidad. A pesar de ello, algunas
familias de estas barriadas, por su cuenta, siguen trayendo a sus hijos/as aun no siendo
de la zona.
La plantilla que atiende a toda esta población infantil está formada por 40
profesores/as. Además de este personal contamos con una monitora escolar adscrita a
la Secretaría a tiempo total. Para atender al alumnado con necesidades educativas
especiales se cuenta con el apoyo de una educadora de disminuidos y una monitora.
El servicio de comedor lo atienden 1 cocinera y 3 ayudantes de cocina. La limpieza del
centro corre a cargo del Ayuntamiento quien contrata, a través de una empresa, al
personal necesario: 4 limpiadoras (una de ellas presta servicio en horas lectivas). Una
vez por semana, acude al centro personal del ayuntamiento para el mantenimiento
del mismo.
El Colegio ha sido, y es, un foco cultural y deportivo para la zona. Ninguno de
los otros existentes en Utrera ha prestado y presta un servicio a la Comunidad como el
CEIP Álvarez Quintero. No sólo porque en él están matriculados muchos de los alumnos
de Primaria de la localidad, sino por el número de entidades públicas y privadas (sin
ánimo de lucro) que hacen uso de sus instalaciones: clubs de voleibol, baloncesto, tenis
de mesa, club de esgrima, bandas de música, cursos del CEP, etc. Incluso otros centros
educativos usan esporádicamente espacios como el SUM para la realización de algunas
actividades (IES Virgen de Consolación, Conservatorio de Música “Ana Valler”, CEIP
Al Ándalus, EEI María Montessori, Ayuntamiento...).
La realidad socioeconómica y el perfil de las familias del centro han ido cambiando
en los últimos años con la incorporación de una gran población a esta zona de Utrera. Ha
pasado de ser un Centro Comarcal que recogía niños de las humildes barriadas
cercanas, de todas las urbanizaciones ilegales construidas en los alrededores de la ciudad
y de trabajadores de los muchos cortijos dispersos, a dejar de ser comarcal, eliminarse el
transporte escolar y admitir alumnado procedente de las numerosas barriadas
jóvenes que se han creado en los últimos años cercanas al Colegio. Como consecuencia
de ello, el tipo medio de familia de nuestro alumnado ha cambiado: si antes procedían de
familias campesinas y del sector servicios con un nivel económico y académico bajo,
hoy la mayoría procede de familias jóvenes, de nivel medio cualificado y
trabajadores autónomos. Hemos pasado de familias con escasos ingresos económicos
aportados por el cabeza de familia y de escaso nivel cultural (años 70 y 80), a alumnado
que son hijos/as de antiguos/as alumnos/as del Centro y de nuevas familias asentadas en
las múltiples urbanizaciones que se han construido por esta zona. En gran parte de los
casos, el nivel cultural de estos padres es medio/alto y los ingresos son aportados por
ambos progenitores.
El aumento de población de la zona no ha venido acompañado de la creación de
nuevos centros escolares, con lo que se ha producido una masificación de los centros
existentes en la zona en general y, en este en particular, ya que dispone de numerosos
servicios y recursos para las familias a diferencia de otros centros. Además el hecho de
haber sido reformado recientemente así como el prestigio y fama reconocidos, hace
que curso tras curso sea prácticamente imposible acceder a él, provocando numerosos
problemas en la época de escolarización así como una elevada ratio en todas las unidades
del centro (ningún curso está por debajo de 25 alumnos/as, y contamos con grupos de 28
alumnos/as en varios niveles).
Para finalizar decir que el Centro está acogido a varios planes/programas de la Junta
de Andalucía: Plan de Lectura y Biblioteca, Plan de Calidad, Proyecto de Coeducación,
Escuela Espacio de Paz, Escuela TIC. 2.0, Plan Profundiza y Plan de Apertura. En este
último se atienden una media de 90 alumnos/as en el Aula Matinal, 380 en el Comedor
Escolar, y 150 en las Actividades Extraescolares.
Míriam J. Cruces Muñoz (Directora)
Biografía y obra de Los hermanos Álvarez Quintero (1871-1944)
Serafín Álvarez Quintero (Utrera, Sevilla, 26 de marzo de 1871 - Madrid, 12 de abril de 1938),
Joaquín Álvarez Quintero (Utrera, Sevilla, 20 de enero de 1873 - Madrid, 14 de junio de 1944)
Nacidos ambos en Utrera, los Álvarez Quintero, se instalaron en Sevilla, donde vivieron bastante tiempo. Sus inicios profesionales estuvieron siempre íntimamente ligados, incluso cuando ambos eran modestos empleados de Hacienda y soñaban con alcanzar la gloria con sus plumas, empleándolas en quehaceres literarios, mientras colaboraban en diversas publicaciones como El Diablo Cojuelo. También publicaron su propia revista: El perecito.
Poco a poco iniciaron paulatinamente su dedicación exclusiva al teatro, llegando su deber como autores en 1888 con Esgrima y amor en el teatro Cervantes de Sevilla. El éxito de la comedia les impulsa a viajar a Madrid, donde, a partir de 1889, estrenan varios sainetes líricos y juguetes cómicos: Gilito (1989), Blancas y negras (1892), La media naranja (1894), La buena sombra (1895), La reja (1897), El traje de luces (1898), El patio (1900).
Su primer éxito resonante lo obtuvieron en 1897 con El ojito derecho. A este éxito sucedieron muchos otros más, siendo especialmente recordados El genio alegre (1906), Malvaloca (1912), Puebla de las Mujeres (1912), Las de Caín (1908) y Mariquilla Terremoto (1930) .
Fueron miembros de la Real Academia de la Lengua Española. Serafín fue nombrado en 1920, mientras que Joaquín lo fue cinco años más tarde.
Los Álvarez Quintero formaron un tandem literario fuera de lo común. Un dúo estrechamente ligado y compenetrado, no solo por los vínculos de sangre, sino también por la literatura y por sus apariciones personales. Escribían juntos, saludaban juntos desde las candilejas tras sus estrenos y asistían juntos a las tertulias al uso. Para los críticos y periodistas siempre fue un misterio qué parte de la obra pertenecía a cada uno de ellos. También se rumoreaba por aquel entonces, que un tercer hermano, Pedro, mayor que ellos dos, era el árbitro definitivo de cada una de sus creaciones y juez inapelable en sus discrepancias. Incluso cuando falleció Serafín (1938) su hermano Joaquín, que le sobrevivió seis años, continuó publicando con el nombre de ambos. No se pudo saber si lo último había sido escrito a dúo o sólo por el sobreviviente. De esta época tenemos varios títulos, La risa va por los barrios, 1940; Olvidadiza, 1942; Ventolera (1944). Del mismo modo, el cine de esos años se llenó de adaptaciones de los Quintero.
El lenguaje de sus piezas es un castellano depurado y elegante pasado por el tamiz fónico del dialecto andaluz; sus chistes son finos y de buen gusto, sin llegar nunca a la chabacanería; con ello estilizaron e idealizaron el género chico; abunda la gracia y la sal con una genuina vis cómica. Fueron maestros en el diálogo, siempre vivaz y gracioso. Su obra, a pesar de adolecer de una cierta superficialidad, posee una construcción elegante y poética, y una gran riqueza de términos y giros empleados en Andalucía.
Pese a esto, muchos los acusaron de llevar a los escenarios una Andalucía falsa y dulzona, representada en unas obras en las que un débil argumento estaba cuidadosamente revestido con diálogos chispeantes y alegres, pleno de equívocos, modismos andaluces y sano humor. Una fórmula que, realmente, encajaba exactamente con lo que el público deseaba ver. En cierta forma un teatro hecho bajo demanda; un teatro optimista y de evasión, sin pretensiones de ser innovador. Un teatro naturalista con una, posiblemente, premeditada ingenuidad en el que se esquivaba las situaciones conflictivas y se aceptaban sólo algunas mínimas dosis de dramatismo, imprescindibles para dar una mayor consistencia a los argumentos.
En el otro lado de la balanza, entre sus defensores, podían situarse a Azorín y a Luis Cernuda. El primero escribía: "Los Álvarez Quintero han traído al arte dramático -y esa es su originalidad- un perfecto equilibrio entre el sentimiento individual y el sentimiento colectivo, entre la persona y la sociedad". Buen piropo del que fue considerado un maestro del lenguaje en su época. Azorín resalta, además, el empleo de la bondad como ingrediente positivo de toda la obra de los escritores sevillanos.
Lo cierto es que fue una perfecta simbiosis, que dio como resultado una prolífica producción de más de doscientas piezas de teatro costumbrista con identidad propia, pudiéndose incluso hablar de un teatro "quinteriano". Renovaron las viejas fórmulas del género chico, dotándolo de una mayor emoción y huyendo por entero de la comicidad grotesca, reflejando amablemente el espíritu y la gracia de Andalucía, alejándose de toda crítica o conflicto social.
Fueron nombrados hijos predilectos de Utrera y Sevilla y adoptivos de Málaga y Zaragoza la gloria con sus plumas, empleándolas en quehaceres literarios, mientras colaboraban en diversas publicaciones como El Diablo Cojuelo. También publicaron su propia revista: El perecito.